Zahara, durante su actuación de anoche en el Cervantes. Javier Rosa

Los asientos del Teatro Cervantes se llenan de solidaridad y de emoción en este acontecimiento benéfico con el que, de la mano de Zahara, se podrán recaudar fondos que ayuden a reparar algunos desastres, como lo ocurrido recientemente en Marruecos.

Sube el telón y allí están las tres compañeras que tendrá la artista esta noche: una guitarra acústica, otra eléctrica y una copa de vino. Luego aparece Zahara con una amplia sonrisa: «Gracias por venir a celebrar mi cumpleaños conmigo», exclama. Entre palmas los asistentes comienzan a cantar Cumpleaños feliz, todo el teatro regala a su ídola este momentazo, a lo que Zahara responde, entre risas, «ahora no sé si estoy más tranquila o más nerviosa».

Toma comienzo un espectáculo que tiene un componente clásico y a la vez novedoso. Ser una artista tan polifacética atañe una gran dificultad, ya que después de pasarse toda una gira tocando botones de un teclado con mezclas electrónicas, ahora Zahara sorprende en el Teatro Cervantes con sus dedos sobre cuerdas: «Para mí ha sido un reto volver a la guitarra», confiesa. Aunque ella desbordaba tranquilidad y seguridad, sus años de experiencia en la música se evidenciaron esta noche.

Temas antiguos son revividos con mucha emoción, menuda paliza de recuerdos y sensaciones despierta la Zahara del pasado. Ni siquiera ella se aguanta las lágrimas ante canciones que afloran el alma de una artista pura y llena de talento. Sus letras no son sólo palabras, son reivindicación, lucha, crudeza, pasión y vida, sobre todo vida.

Acompañada de su increíble voz y de una puesta en escena impecable, Zahara concede un espectáculo audiovisual que se hace eco del titular que tiene su cartel del concierto: Liberando a la humanidad del miedo. Los ojos llorosos de repente se convierten en pasos de baile: «Voy a hacer un poco el tonto», dice la artista con cierto tono de timidez. Pero Zahara no tiene vergüenza, y movimientos locos y divertidos llenos de ritmo levantan a todos de sus asientos para bailar y cantar.

Zahara, qué arte tienes y cómo lo transmites. Gracias.