
En 2015, José Miguel Romerosa (Granada, 1988) estrenó El Jose, un proyecto que le permitirá próximamente «cruzar el charco» y realizar una gira por Latinoamérica, un hito que ni mucho menos había podido imaginar siete años atrás. Antes de ello, el artista vuelve este viernes 25 de noviembre a la Sala Trinchera, donde se reencontrará con uno de sus públicos favoritos, pues en Málaga siempre se ha sentido querido. Más incluso de lo esperado, pues el granadino desvela que fue precisamente en esta ciudad, y de una forma muy sorprendente, donde se forjó la gran relación que hoy en día mantiene con su «maestro» El Kanka.
Día de promoción de su próximo concierto, enésima entrevista de la tarde… ¿cómo vive los días así?
Si te hablo con sinceridad, no me gustan nada, pero todo tiene su parte buena. Yo soy una persona más de cantar que de hablar, o más de escribir que de habar, y también conocemos a gente muy interesante que no son músicos: periodistas, aficionados… Esta es la parte positiva de días así. El ajetreo evidentemente nos gusta, pero lo preferimos solo cuando tenemos que cantar.
Y sin la parte positiva, no deja de ser una responsabilidad.
Claro, eso me lo decía mi padre: «Aunque hagas lo que te gusta, vas a tener que pasar por cosas que no te gustan». Uno se pone sus límites, evidentemente, no hay que pasar por todo, pero a veces hay que dar el brazo a torcer, porque somos muchos los que curramos aquí. Peor sería ir a picar piedra…
El de este viernes será uno de sus últimos conciertos del año. Musicalmente, ¿cómo valora este 2022?
Llevamos un año y medio sin parar y se nota un poco el cansancio de tantos kilómetros seguidos, pero es que es nuestro trabajo, ojalá fuera así siempre. Con sus descansos, evidentemente, hay que respirar también, pero estamos muy contentos de poder tocar en tantos sitios, de que cada vez nos conozcan más… y de poder cantar, que es lo que más nos gusta.
Seguro de na, su último álbum, ha tenido o está teniendo una gran acogida y supera al éxito de Yo sin tú. Personalmente, ¿también ha notado el crecimiento de su música?
Sí, hemos notado mucho cómo ha crecido el público últimamente. Ha sido todo tan natural que no ha habido ese salto, ese ‘boom’ o ese pelotazo repentino. En cada momento hemos crecido de una manera que nos ha permitido tener los pies en la tierra y ser conscientes de lo que está pasando.
Entonces, ¿suele pararse en el camino, respirar y valorar el momento en el que se encuentra?
Lo hacemos mucho. Nos paramos y lo hablamos. ¿Qué está pasando? Al ser todo tan natural, sabemos dónde estamos en cada momento. No hay ese tipo de pérdida, de tener los pies flotando… sabemos dónde estamos.
En 2015, cuando inició el proyecto de El Jose, ¿se propuso alguna meta?
En el momento en el que decidimos tirar con este proyecto para adelante, fue principalmente por hacer lo que nos gusta, que es hacer canciones, y después poder tocarlas y transmitir lo que tenemos que transmitir. Sí que había una intención de dedicarnos profesionalmente a esto, claro, pero porque nos gustaba. Y qué mejor manera que hacer algo así. Eso lo teníamos muy claro desde el principio y así hemos ido creciendo poco a poco.

Para camino, el que vais a emprender próximamente hacia Sudamérica…
La verdad es que todavía sabemos muy poco. Sabemos que vamos a cruzar el charco por fin, que era algo que queríamos hacer desde hace mucho tiempo, y que iremos poco a poco visitando distintos países. Todavía se está configurando la gira, pero aún no sabemos mucho más. Lo único seguro es que vamos.
Este viernes regresa a la Sala Trinchera, una sala que ya ha visitado anteriormente y que le trae buenos recuerdos…
Siempre que hemos tocado en Málaga ha sido una alegría, pero además desde el principio. Desde la primera vez que tocamos en La Polivalente o en La Garrapata, lugares pequeñitos pero mágicos. Al primer concierto que dimos en Málaga vinieron 20 personas, pero es que eran 20 personas espectaculares que se sabían todas las canciones, y siempre ha sido así en Málaga. No en todas las ciudades nos han recibido de esta manera. En otras ciudades nos hemos tenido que ganar a un público que no nos conocía, y en Málaga sentimos desde el principio que nos querían. Siempre que hemos tocado aquí nos ha ido bien. Es uno de nuestros públicos favoritos, y esto lo digo en serio.
Entonces, tiene altas expectativas para el concierto de este viernes.
Yo no soy persona de expectativas, pero sí soy de intuición. Si me baso en mi intuición, te puedo decir que va a ir muy bien, porque es la energía que nos transmite esta ciudad y la gente de Málaga. El bolo de la Sala Trinchera va a ser de los mejores de la gira.
Para aquellas personas que conozcan su música pero aún no le hayan visto en vivo, ¿qué pueden ver en directo que no podrán encontrar, por ejemplo, en una plataforma digital?
La música viva, algo que en Internet nunca vas a poder sentir. En Internet o en un disco puedes escuchar canciones; te las pones en tu casa, que es algo que yo hago todos los días, pero la emoción, la energía y esa conexión entre el público y el artista solo puede reproducirse en un concierto. Hay que ir a los directos porque hay que presenciar en primera persona lo que es el arte. Escuchar música en casa obviamente está bien, pero no es tan latente, no se te pone tanto el vello de punta.
Regresa a Málaga, la casa de El Kanka. Vemos que tienen muy buena relación, sobre todo conociendo esa anécdota que no es otra que gracias a él conocemos Un solo corazón. ¿Cómo nace esa relación con El Kanka?
En ese primer concierto que dimos en La Polivalente que había unas 20 personas, una de ellas era El Kanka y otra era El Manin, que vinieron a vernos. Venían de tocar en un festival, reventados, pero vinieron a vernos, algo que nos impresionó. Nosotros los seguíamos, nos gustaban un montón. Los vimos entre el público y además se sabían las canciones. Yo no había visto nunca a El Kanka en directo, pero era algo de lo que tenía muchas ganas. Y de repente fue al revés, vino él a un concierto. Esa noche nos invitó a dormir a su casa, estuvimos allí hablando, tocando…
Y más adelante nos encontramos en Barcelona, donde tomamos la decisión de cantar una canción juntos. Él eligió Un solo corazón, que dijo que era la que más le gustaba, y fuimos hacia adelante. Y eso fue ya el pelotazo máximo, se dispararon las reproducciones. Creo que en YouTube va ya por más de seis millones… una locura para un grupo artesano como nosotros. De El Kanka, todo lo que te pueda decir es bueno tanto a nivel personal como artístico. Tenemos mucha suerte de habernos cruzado con él y de aprender tantas cosas buenas de una persona que, además de un amigo, es un maestro.

Muchos le conocimos precisamente con Un solo corazón. ¿Supuso realmente un antes y un después en su carrera musical?
Esa canción fue un impulso muy grande. Tiró de otras que estábamos grabando en ese momento, y esa canción es seguramente la que nos ayudó a despegar de una forma profesional. Existen muchos factores, pero Un solo corazón resultó ser un punto de inflexión.
La noche en la que muchos disfrutarán de su concierto, otros tantos se congregarán en la calle Larios para ver la inauguración del alumbrado de Navidad, por lo que parece que ya es momento de comenzar a hablar de propósitos de año nuevo. ¿Qué podemos esperar de este 2023?
Podéis esperar muchos conciertos y mucha música nueva. Tenemos un montón de ganas de ir enseñando lo que ya tenemos escrito. Y la gira por Latinoamérica, que es algo que llevamos mucho tiempo esperando y por fin vamos a hacerlo. 2023 va a ser un buen año.
¿Se convertirán esas nuevas canciones en su cuarto álbum?
No lo he pensado porque creo que es una cuestión más estratégica, pero lo importante es que van a salir. En álbum o en ‘singles’, me gustan los dos conceptos, pero van a salir.