Una imagen de las nuevas exposiciones temporales. Colección del Museo Ruso

La Colección del Museo Ruso acoge desde este martes tres exposiciones vinculadas con la cultura y el arte ruso que ocuparán las salas del centro hasta el próximo 5 de junio. La instalación For sale de Ilya & Emilia Kabakov, la colección privada de arte ruso de la empresaria británica Jenny Green y las obras de José Manuel Ballester, Premio Nacional de Fotografía, se unen a la ya inaugurada Sputnik. La odisea del Soyuz 2 para vincular de nuevo el espacio al arte ruso tras la devolución de los fondos del Museo de San Petersburgo.

Arte ruso, una mirada inglesa

La exposición Arte ruso, una mirada inglesa. Una colección privada de pintura rusa presenta por primera vez al público la colección particular de Jenny Green, una empresaria radicada en Londres. Green ha reunido un grupo excepcional de pinturas y dibujos que reflejan el esplendor de la creación artística rusa de los siglos XIX y XX. El criterio de la propietaria deja fuera, por voluntad propia, el realismo socialista, basado en el adoctrinamiento, para apostar por los artistas más libres e imaginativos.

Con 76 obras datadas entre 1876 y 1980, la muestra reúne nombres salientes del arte ruso como Venetsianov, Ivanov, Aivazovsky, Repìn, Serov, Bakst, Benois, Kandinsky, Serebriakova, Larionov, Goncharova, Chelischev o Essaian, testimoniando no solo la evolución del gusto en Rusia desde el Romanticismo hasta la agonía del régimen soviético, sino también el destino de sus artistas entre el arraigo y el exilio. A ello se suma el hecho de ser la primera vez que esta exquisita colección sale a la luz pública.

Según el comisario de la exposición, Ivan Samarine, «nos encontramos ante una de las colecciones más significativas de cuadros rusos en manos privadas, y tanto más notable por haberse formado fuera de Rusia en los últimos veinte años. Los cuadros de Jenny Green son tan extravagantes y coloridos como su dueña. Su entusiasmo, energía y ojo para el glamour la ubicaron en el centro de la escena de la moda de Kings Road, en Londres, a fines de la década de 1960, en la que desempeñó un papel fundamental en la vida de la boutique Granny Takes a Trip, que vistió a famosas superestrellas del rock’n’roll. Apasionadamente dedicada a la estética en todas sus formas, Jenny eventualmente pasó de la ropa a la pintura rusa. La exposición presenta al público por primera vez obras maestras de la pintura rusa reunidas por Jenny Green y rastrea su desarrollo como coleccionista. Examina sus influencias e intenta responder a la pregunta: ¿qué tiene el arte ruso que entusiasmó tanto a una mujer inglesa en Londres en el siglo XXI?».

For sale, de Ilya & Emilia Kabakov

La instalación For sale, propiedad de la Fundación “la Caixa”, fue realizada por el matrimonio ucraniano Ilya & Emilia Kabakov, residentes en Estados Unidos. Constituye un claro ejemplo del conceptualismo emocional y autobiográfico de estos artistas, que quieren transmitir al espectador la sensación de ausencia propiciada por el exilio que vivieron.

El visitante se adentrará en una habitación oscura de una vivienda relativamente pequeña donde hay una iluminación extraña y un interior fantasmal. Se trata de un salón antiguo con una cornisa dorada en la parte superior. A lo largo de las paredes cuelgan seis cuadros en marcos oscuros bajo vidrio. En el centro de la habitación hay muebles agrupados cubiertos del polvo por una gran manta blanca. Los habitantes de la habitación, como queda claro de inmediato, se han ido y todo el contenido está a la venta.

Toda la esencia de la instalación está en la iluminación. La habitación está inmersa en la oscuridad; la luz procedente de la lámpara incide solo en una pintura que cuelga a la izquierda de la entrada y que representa Roma maravillosa, un paisaje que es visible en la luz hasta el más mínimo detalle. Simultáneamente, en la penumbra de la habitación, el espectador se ve a sí mismo de pie en la habitación, a los otros visitantes y la pintura fuertemente iluminada.

Los otros cinco cuadros a lo largo de las paredes funcionan como espejos. En cada uno, gracias al vidrio, emerge el asombroso mundo de la instalación, ya que la pintura iluminada se superpone a la figura del propio espectador y a la representación de aquello que se ubica en el marco bajo el vidrio. Este efecto misterioso funciona de diferentes maneras dependiendo del enfoque del espectador: lo que emerge ante él es un mundo asombroso, un mundo más allá del espejo. El efecto de iluminación se ve exagerado aún más por la presencia de otra fuente de luz: una lámpara colocada sobre una mesa a la entrada.

Dentro de la instalación, el espectador tiene la posibilidad de caminar alrededor de los muebles colocados en el centro. También puede sentarse cómodamente en uno de los divanes del medio, que está colocado justo enfrente de la ‘maravillosa pintura de Roma’ para sumergirse en su contemplación y en la atmósfera de profunda tranquilidad, concentración y reminiscencia.

Ausentes

José Manuel Ballester, Premio Nacional de Fotografía, es conocido por sus series fotográficas en las que reinterpreta la historia del arte hurtándole los personajes a conocidas pinturas y dejando solo el espacio, el escenario en que éstas comparecían ante el espectador. Es un fotógrafo que actúa sobre el concepto de la ausencia, y Ausentes se titula esta exposición en la Colección del Museo Ruso.

Esta vez el concepto no se refiere a la inexistencia de personas en sus fotografías, en sus espacios silenciosos, sino también a la desaparición de las obras del museo matriz de San Petersburgo en las salas de lo que era su filial malagueña. La guerra en Ucrania hizo congelarse la colaboración entre Málaga y el Museo Ruso, y esa ausencia verdadera y tangible queda expresada por las obras de Ballester.

En la sección titulada San Petersburgo 2016 testimonia una visita realizada al Museo Estatal Ruso plasmando sus espacios visitables, su esplendor imperial de interiores suntuosos. Mientras, en Mundo moderno se centra en las salas dedicadas a las vanguardias rusas, que fueron una presencia constante en la Tabacalera, sometiendo esta vez las imágenes a tratamientos que las difuminan y hacen irreales los espacios que a través de la luz se transfiguran. Las siguientes secciones, Almacén de pintura y Almacén de escultura, acceden a los espacios ocultos del museo, aquellos en los que se conservan las obras no expuestas.

Variaciones a partir de Malévich acoge una serie de diseños del propio Ballester en los que indaga en los métodos de creación del suprematismo ruso a la vez que recuerdan al visitante la gran exposición de Malévich que acogió la Colección del Museo Ruso. Finalmente, fotografías exhibidas en formato de fotocopias servirán para subrayar la fragilidad de los empeños humanos cuando se enfrentan a imprevistos como la invasión de Ucrania, cuyas consecuencias se extienden al museo de Málaga.