
La actuación de Temples anoche en Alhaurín de la Torre será recordada como un pequeño gran hito en la, hasta el momento, breve historia del ciclo Alhautor: tras dos ediciones con carteles compuestos por grupos y artistas exclusivamente nacionales, los británicos son la primera banda internacional confirmada por el festival que se sube al escenario de la Finca El Portón. No son los únicos, ya que los franceses Gipsy Kings harán lo propio el próximo domingo. Entremedias se podrá ver y escuchar en el coqueto auditorio al aire libre a La Plazuela y Volante de la Puebla (hoy), Zahara y Shego (mañana sábado) y, ya en septiembre, Miguel Campello (día 10). Alhautor, que nació en 2020 durante el primer verano pandémico, propone veladas musicales en un «enclave íntimo y cercano a la naturaleza», cómodo y sobresaliente en aspectos técnicos, sonoros y organizativos. Se palpa el mimo aquí y allá. Si en Madrid pueden presumir (y con razón) de las célebres Noches del Botánico, nosotros —y que cada uno salve la distancia que crea oportuna— podemos estar la mar de risueños con este Alhautor. Y que dure.

Temples, centrándonos ya en su concierto, ofrecieron ni más ni menos que una gozosa ración de un pop-rock-glam-psicódelico (ahí lo llevan) que posa su mirada en un periodo que abarcaría, para hacernos una idea, del año 66 al 72. Cabría citar aquí a los sempiternos Beatles y Bowie, claro, pero también a T-Rex, Byrds o, ya saltando a nuestros días, Tame Impala. Lo resumía bien aquel Sun structures con el que debutaron en 2014 y que incluía melocotonazos como Mesmerise o Shelter Song, con la que cerraron anoche la actuación. Antes habían sonado, entre otras, Holy horses, You’re either on something (ambas de su último trabajo hasta la fecha, Hot motion, de 2019) o un Paraphernalia, sencillo editado hace un par de años, que amplia el abanico de colores e influencias sónicas del grupo hasta introducirse —y nosotros con ellos— en una lisérgica pista de baile.
Principiaron la velada de ayer en El Portón el conjunto formado por Los Estanques y Anni B Sweet. Hay vínculos establecidos entre Temples y Anni: Edward Bagshaw, cantante y guitarrista de la banda inglesa, se encargó de la producción de Universo por estrenar (2019), disco que supuso, qué duda cabe, un punto de inflexión en la discografía de la cantante y compositora malagueña. Ella y Los Estanques, Los Estanques y ella, han editado este año Burbuja cómoda y elefante inesperado, álbum que ya desde su título nos invita a la sorpresa, al juegueteo, a olisquear qué narices se cuece ahí dentro. Lo interpretaron de arriba abajo y en riguroso orden, comenzando con He bebido tanto que estoy muerto de sed, Bla, bla, bla y ese evidente hit que es Tu pelo de flores. La segunda parte del lote (tras darle la vuelta al vinilo, como bien apuntó Anni) se muestra más expansiva y progresiva, haciendo hincapié en una marcada fijación —al igual que Temples— por el pop facturado entre finales de los sesenta y los primeros setenta pero siempre rebozado en el siglo veintiuno. La recta final, con Caballitos de mar, Llévame al cielo, No te preocupes y la dupla Vuelve a amanecer/Vuelve a oscurecer evidenció finalmente las extraordinarias cualidades de una propuesta de toma pan y moja. No teman: mojen.