Guadalupe Plata, en el Monkey Weekend 2018. Francisco J. Fernández

Mucho ha llovido desde que en 2009 Guadalupe Plata, junto a los granadinos ChinYi, resultaran ganadores del Circuito Joven Pop-Rock andaluz cuya final tuvo lugar en el festival Monkey Week del Puerto de Santa María. Ese mismo año vieron la luz sus seis canciones de debut dentro de un EP homónimo, práctica —la de dejar a sus criaturas sin nombre— que continuaría en su primer disco y se extendería hasta nuestros días. El trío jienense, integrado por Pedro de Dios, Carlos Jimena y Paco Luis Martos, predicaba por entonces un crudo y tenso blues-rock con regusto a Screamin’ Jay Hawkins, a Elmore Jones, a Skip James. Aún lo hace, pero con el paso de los años la propuesta inicial ha ido aderezándose con riachuelos de diferentes corrientes estilíticas; de las definiciones de la primera época —que terminaban resumidas irremediablemente bajo la etiqueta de blues pantanoso— hemos pasado a descripciones más imaginativas, certeras y divertidas de su sonido. Un ejemplo de ello lo encontramos en la última hoja de promoción del grupo, donde podemos leer que en sus melodías ahora conviven «el folk crepitante, el psychobilly lisérgico y un surf de ciencia ficción»; incluso hay espacio para silencios y reverberaciones dignas de David Lynch en una Andalucía que parece fotografiada por Faulkner y Flannery O’Connor mientras se atiborran de salmorejo.

Tras un segundo álbum publicado en el sello Everlasting Records, con el que actualmente siguen caminando, llegó el reconocimiento sin restricciones del público y de la crítica, que obsequió a la banda con diversos galardones entre los que contabilizamos cuatro Premios de la Música Independiente y un Premio Impala al mejor disco europeo; hasta Iggy Pop se encariñó con ellos y terminó pinchándolos en su programa Iggy Confidential de Radio 6. Para el tercer Guadalupe Plata, de 2015, se desplazaron hasta los estudios Toerag de Londres donde trabajaron con el ingeniero Liam Watson, que participó en el ya clásico Elephant de los White Stripes. El número de conciertos fue en aumento, y las incesantes giras se estiraron hasta alcanzar gran parte de Europa y llegar a México, Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos. Su último trabajo, editado el pasado mes de abril, se registró en los estudios La Mina de Sevilla con el productor Raúl Pérez (Pony Bravo, Niño de Elche, Ricardo Lezón) a los mandos. Fueron dos semanas para grabar y una para mezclar «dejándose llevar por el instinto». Posteriormente se embarcarían en un extenso tour de presentación que el 28 de octubre, a partir de las 22:00 horas, recalará en La Cochera Cabaret.

Entre las próximas novedades del grupo se incluye el lanzamiento a través de la editorial Bandaàparte de Leyendas desde el pantano, de Antonio J. Moreno (El Ciento), una novela gráfica que narra el anecdotario de la banda con mucho humor y cara dura. El cómic muestra los avatares de los ubetenses por parajes tan singulares como un club de striptease de León, una tienda de guitarras en Austin o un melonar perdido en mitad de Galicia. En tan particular peregrinaje será la recurrente divinidad quien irrumpa en su cruce de caminos y haga una oferta por sus almas. Desde el 13 de noviembre podrán acompañarles en sus andanzas.