'La verdadera historia de la muerte de FF'. Daniel Pérez

El 35 Festival de Teatro de Málaga se despidió el pasado fin de semana con notables cifras de público. En total, 22.167 espectadores acudieron a 74 funciones de 42 obras distintas, lo que supone un incremento del 14,2% de asistencia con respecto a la edición de 2017, que con 19.407 espectadores ya había obtenido un significativo crecimiento respecto a los festivales precedentes.

Varios de los ocho estrenos programados lograron llenos absolutos, como Lysístrata, puesta de largo de Las Niñas de Cádiz; Los fusiles de la señora Carrar, aproximación de La Imprudente a la ‘desbandá’ en un texto poco representado de Brecht; y Chaquetera, experimental apuesta de Alessandra García diseñada para los camerinos del Cervantes. También agotaron el papel los quince menús de Hambre, las dos funciones de La comedia de las mentiras y las dos de Alicia en el País de las Maravillas, así como Lo mejor de YllanaShakespeare en Berlín, el III Anverso/Reverso y algunas de las funciones del musical Priscilla, el infantil Ondina glups y El lunar de Lady Chatterley. Obras como La cantante calvaTroyanas, Caída del cielo, Smoking room o Sueños, con Juan Echanove, alcanzaron una significativa asistencia de público.

La tasa media de ocupación se disparó hasta el 78%. La oferta del Teatro Cervantes (24 pases de 13 espectáculos en su sala y 2 funciones de Chaquetera en sus camerinos) fue disfrutada por 16.339 personas, que coparon el 77% del papel disponible. El Teatro Echegaray, que recibió 31 funciones de 25 espectáculos, entre ellos el grueso de los estrenos y las obras más arriesgadas, alojó a 4.469 espectadores, que ocuparon el 66% de las butacas. Por su parte, la Escuela Superior de Teatro de Málaga acogió dos obras de Yllana que llenaron el 86% de su patio (759 espectadores), y el Vincci Posada del Patio no dejó ni una silla libre en los quince almuerzos de Hambre (600 comensales-espectadores y un 100% de ocupación).

La programación oficial se ha complementado en el Centro de Cultura Activa Pedro Aparicio con una exposición de fotografías y la presentación del libro-disco Espejo. Capricho escénico, un acto con música en vivo incluida que anticipó el multidisciplinar espectáculo lorquiano concebido por Javier Viana y exhibido en el Cervantes. Paralelamente al 35 Festival de Teatro de Málaga, y con objeto de reflejar las últimas tendencias escénicas alrededor de su programación, el Cervantes y el Cánovas han puesto en marcha el proyecto Innovación Escénica con el montaje Retrotopía o cómo morir de nuevo, una obra inmersiva para un máximo de 18 personas por pase desarrollada por Stroke114. Junto a toda esta actividad diseñada por el Teatro Cervantes, un extenso Off en el que han participado las salas Urte Teatro, Microteatro Málaga, la Sala Joaquín Eléjar, La Cochera Cabaret y La Caja Blanca ha demostrado la capacidad de colaboración de los teatros municipales con la oferta escénica privada y asociativa.