Youn Sun Nah y Benjamin Moussay, durante el concierto de ayer. Daniel Pérez / Teatro Cervantes

El Teatro Cervantes de Málaga lució tres cuartos de entrada el sábado 11 de noviembre para recibir, dentro del marco del 37º Festival Internacional de Jazz que se está celebrando en la capital de la Costa del Sol entre el 7 y el 13 de noviembre de 2023, a la cantante surcoreana Youn Sun Nah (1969) y al pianista francés Benjamin Mossay (1973). A lo largo de las quince canciones, bis incluidos, y los 95 minutos en los que el dúo se mantuvo en escena, ambos evidenciaron un muy buen tono musical y se disfrutó de un excelente sonido y de una iluminación sencilla. 

No lo tenían fácil, ya que sucedía en programa a Joe Lovano & Jakob Bro Once Around the Room (6 de noviembre), María Schneider & Clasijazz Big Band (7 de noviembre), Ron Carter ‘Foursight’ (8 de noviembre) y a la siempre fantástica Andrea Motis, en esta ocasión formando dúo con el excelente pianista menorquín Marco Mezquida (9 de noviembre). Continúan el programa Shai Maestro Quartet (10 de noviembre), Paquito d’Rivera (12 de noviembre) y Mulatu Astatke (13 de noviembre). 

Youn Sun Nah (en coreano, 나윤선), nacida en Seúl, destaca en calidad de compositora y, sobre todo, en la de intérprete. De familia con claros antecedentes musicales en el ámbito académico, que tal vez se evidencian en sus agudos —su madre era cantante y su padre dirigió el Coro Nacional de Corea—, tocó el piano de niña y se formó en artes. También fue invitada por la Corean National Symphony Orchestra a cantar góspel y participó en algunos teatros musicales. 

Continuó y amplió su carrera musical al trasladarse a París a los 27 años, ciudad en la que se aproximó en mayor medida al jazz y a otros estilos. Incluso, fue reconocida como Chevalier des Arts et des Lettres por el Ministerio de Cultura de Francia en 2009. Su último álbum es Waking world (Warner Recorded Music, 2022). El subrayado pianista que la acompañó, Benjamin Moussay, colaboró con ella en su disco So I am (2004). 

Su propuesta musical es amplia y diversa por definición. Sin marcarse fronteras, camina y fluctúa entre el pop, el jazz, la llamada new age y el folk, entendidos de una manera muy amplia (sin duda, también hubiera cabido a la perfección en el ciclo S!ngulares del Cervantes). Su voz, cristalina, seductora, cercana, sensual, elegante, envolvente, misteriosa, sutil y de agudos marcados y punzantes, tiene la capacidad de atraer y atrapar. 

Para su primer directo en Málaga, Youn Sun Nah tomó como referencia su disco Elles, grabación que verá la luz en enero de 2024 y en el que versiona y homenajea a diferentes mujeres que le han influenciado de una u otra manera, aunque también incluyó otras paradas. Así, abrió el concierto interpretando la kalimba en Feeling good, de Anthony Newley & Leslie Briscussey, tema popularizado por Nina Simone. Benjamin Mossay fue combinando la interpretación en el piano con la ejecución de un bellísimo Rhodes (también incluyó diversos aportes electrónicos). Tuvo la compleja función de acompañar a la surcoreana, aunque también tuvo espacio para mostrar evoluciones y solos de notable mérito que fueron ovacionados por el público.

Después, turno para Cocoon, de Bjork, y I’ve seen that face before, de Grace Jones, partiendo del Libertango de Astor Piazzolla, en la que la cantante mostró su habilidad en el scat, un amplísimo registro vocal y un destacado sentido del humor, tónica de todo el directo. El espiritual Sometimes I feel like a motherless child, popularizado por Sarah Vaughan, dejó paso a Sans toi, de Michel Legrand, primer cambio del inglés, idioma preponderante de la noche, al francés, y a Coisas da terra, de Maria Joao, en este caso en portugués. 

A continuación, Youn Sun Nah se acompañó únicamente de una caja de música para realizar una bellísima parada en Killing me sotfly with this song, el clásico de Norman Gimbel y Charles Fox que popularizó Roberta Flack, con la que incitó al público a cantar con ella. God’s gonna cut you down, Song to the siren, de Tim Buckley, versionada por Sinéad O’Connor, Baltimore oriole, White rabbit y My funny Valentine evidenciaron de nuevo la calidad vocal de la intérprete, la comunicación, conjunción y complementariedad con el pianista y la versatilidad de ambos. 

Ya en la recta final, una parada en un tema en inglés de Armando Manzanero y Just sometimes lograron levantar al público de sus butacas en la primera despedida. Como propina, La foule, de Edith Piaf, cerró un agradable directo que destacó en intimidad, diversidad y cercanía. Ojalá en su próxima visita al Teatro Cervantes se atreva a interpretar alguna canción en español e incluya un ejemplo en coreano para cerrar el círculo.