
El Museo Picasso inaugura hoy Miquel Barceló. Metamorfosis, exposición compuesta por cerca de cien obras realizadas entre 2014 y 2020 que podrá visitarse hasta el próximo mes de septiembre. Tras más de una década de ausencia en Málaga el artista reúne aquí una selección de piezas realizadas en los últimos años: treinta cerámicas, trece pinturas, cuarenta y dos acuarelas, seis cuadernos de viaje, una pequeña escultura y siete bronces de gran tamaño instalados en el patio central de la pinacoteca. El paso del tiempo y la alquimia de los materiales destacan como elementos del hilo conductor de Metamorfosis, muestra comisariada por Enrique Juncosa que toma su nombre del célebre relato de Franz Kafka publicado en 1915.
La exposición pone la atención en la condición cultural trashumante del artista, a la vez que supone un planteamiento crítico de la creación entendida como proyecto de progreso ilimitado: cada una de sus obras nos lleva a otra, en un proceso de reinvención cíclica. Partiendo de la realidad que mira, vive, lee e imagina, las representaciones incluyen matices sociológicos o ecológicos que expresan una apasionada vida interior. Su obra ha sido expuesta en prestigiosas instituciones de todo el mundo como el Museo de Prado (Madrid), el Musée du Louvre (Paris) o la Galleria Nazionale d’Arte Moderna (Roma).
Al igual que para Picasso, también para Barceló la cerámica, la pintura o el dibujo son variaciones, experimentos de un todo: «Cada obra es experimental, cada obra es un ensayo para otra que no existirá probablemente jamás, y eso creo que es tan válido para mi pintura como para mi cerámica o para cualquier cosa que salga de mi mano». Afirma el mallorquín que lo que ha recibido de Picasso es «una especie de influencia genérica, una manera de relacionarse con la vida, una forma de estar en el mundo».
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