David Bisbal, durante su actuación de anoche en Marbella. Starlite Occident

En la primera de las dos citas que protagonizará en el Starlite Catalana Occidente en 2023, la del 24 de julio, David Bisbal logró colgar el cartel de localidades agotadas bastante tiempo antes de su celebración (el segundo recital tendrá lugar el 30 de agosto). El almeriense derrochó compromiso, energía, entrega, cercanía y simpatía en los más de noventa minutos que estuvo en el escenario del festival internacional marbellí en un recorrido musical en el que incluyó cerca de veinte temas extraídos de su ya extensa discografía. Como era de esperar, en esta importante parada de su gira Me siento vivo Tour no olvidó contar con nutridas referencias a sus primeros trabajos y también a sus últimas producciones.  

Bisbal (1979) comenzó en la música como cantante de la Orquesta Expresiones, agrupación con la recorrió buena parte de la geografía de la Andalucía oriental en fiestas y ferias variadas. Tras ser seleccionado como concursante en la primera edición de Operación Triunfo, logró un gran éxito y popularidad, hecho que le abrió las puertas de la industria discográfica nacional. Desde entonces, su carrera no ha hecho más que asentarse y crecer, ya que ha firmado ocho álbumes de estudio y ha desarrollado nueve giras internacionales a la que han asistido más de cinco millones de personas. También se ha alzado con más de ochenta premios a nivel nacional e internacional, entre los que se pueden destacar tres Grammy Latinos, tres Billboard Latinos, tres World Music Awards y tres Premios Ondas. 

David puede considerarse un referente en numerosos aspectos. En primer lugar, sobresale su compromiso con su tierra, Almería y Andalucía (de hecho, se pasó buena parte del concierto que nos ocupa con una bandera andaluza entre los hombros). También despunta gracias a una personalidad cercana, empática y humilde, una voz subrayada y una energía positiva que transmite de principio a fin del directo. 

En cuanto a su línea musical, se dedica en mayor medida a la canción melódica y comercial de letras y arreglos sencillos, vitalistas y cercanos que tienen al amor como tema principal, tratan de favorecer su registro y características vocales e incluyen tintes andaluces y latinos.  

Entre una iluminación espectacular (el sonido fluctuó entre instantes de muy buen tono y otros con falta de nitidez), David Bisbal apareció en el escenario del Starlite acompañado con un quinteto de notable calidad que integraron Gabriel Peso a los teclados, Sergio Gallardo a la guitarra flamenca, Jordi Portaz al bajo, David Simó a la batería y Ludovico Bagnone, que actuó en calidad de guitarrista, director musical y encargado de los arreglos. La velada se inició fulgurante y plena de energía. Así, el almeriense levantó al público de sus butacas desde el primer momento y lo activó poco después del comienzo de forma definitiva gracias a Ajedrez, Quién me lo iba a decir, Torre de Babel, Lloraré las penas, Camina y ven y Oye el Bum

Pausó después el tono del recital, ya que, como comentó, gusta de combinar temas rápidos con baladas. De esta forma, en este apartado más calmado contó con Mi princesa, Ay ay ay, Tú me delatas y No amanece. En todo momento y como comentamos, evidenció una fantástica forma física y vocal, ya que, incansable, recorrió el escenario de un lado a otro y no paró de animar a los asistentes. También mostró una notable comunicación con el público, tal vez heredada de esa primera etapa como cantante de orquesta, un oficio de gran relevancia en el campo musical en nuestro país y que, como vimos, ha basado, influenciado y marcado su devenir como solista. 

En la recta final volvió a pisar el acelerador con Esclavo de tus besos, Si ella te quiere, Dos veces y Corazón latino, entre otras. Como no podía ser de otra manera, dejó Bulería Ave María para terminar en todo lo alto entre la algarabía general de los asistentes y levantar su ovación final en un directo completo, enérgico, divertido, activo, convincente y vibrante. Bajo nuestro humilde criterio, tal vez fueron mejorables en algunos instantes las proyecciones que se pudieron ver en las pantallas acompañando a sus evoluciones (producciones más cercanas a otro tipo de propuestas audiovisuales quizá le hicieran ganar en transcendencia). También podría ser interesante incluir alguna canción con otras temáticas como guiño al público no fan que se acerca motivado por descubrir las múltiples cualidades de su recital, aunque, como vimos, no le es necesario para nada. 

Además, debemos sumar a la calificación final el excelente trabajo de un equipo organizador muy nutrido y destacado en amabilidad y compromiso para que todo saliera a las mil maravillas, como así fue. Con buen humor, en el tramo de cierre David Bisbal lució una camisa con la frase “¿cómo están los ‘máquinas’?” que se viralizó hace un tiempo y con la que saludó a unos seguidores que le esperaban para hacerse una foto con él. Sin duda y como pudimos comprobar en distintos aspectos, es todo un “máquina” en plena forma.