
Fuel Fandango, el proyecto musical de Cristina Manjón y Ale Acosta, editaron su cuarto trabajo, Origen, el pasado 24 de enero. Sus diez canciones se alejan del rock y abrazan con más fuerza que en anteriores entregas las influencias procedentes de África y Latinoamérica, sonoridades que conviven aquí con guitarras españolas, cajones flamencos y retazos de música urbana. Comenzaron los conciertos de presentación del disco en febrero, pero tuvieron que interrumpirlos tras su paso por Santiago de Compostela el 7 de marzo debido a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Este fin de semana regresan a los escenarios con una gira que arranca mañana en el Puerto de Santa María y recalará en el Auditorio Municipal Cortijo de Torres un día después, el domingo 19 de julio, dentro de la programación del ciclo Málaga Gira. Charlamos con Ale antes de la actuación del grupo en nuestra ciudad.
¿Cómo han sido para vosotros estos últimos meses?
Pues hemos estado en casa con nuestras familias, intentándolo llevar lo mejor posible y entreteniéndonos con lo que tuviésemos a mano. También teníamos la música como vía de escape, claro. Ha sido largo y duro, como para la mayoría.
Tras la salida de Origen disteis algunos conciertos, entre ellos uno en la sala París 15 de Málaga el 21 de febrero. Vuestra última actuación antes de la interrupción de la gira por el coronavirus fue en Santiago de Compostela el 7 de marzo. Menuda faena.
Claro, llevábamos casi un año trabajando en el disco y en esta gira. Teníamos el 2020 y parte del 2021 ya planteado, se presentaba todo muy bien. El disco había sido recibido muy bien y los conciertos estaban yendo estupendamente hasta que llegó el coronavirus. Entonces nos vimos obligados a replantear todo lo que teníamos planeado. Ahora, poco a poco, toca retomar otra vez la presentación del disco.
Silencio, una de las canciones incluidas en el álbum, comienza con Nita cantando: Todo va demasiado rápido, yo necesito parar un momento. Qué maldita casualidad.
Ya ves. La verdad es que lo hemos pensado mucho. Hay letras del disco que de repente toman otro sentido después de la cuarentena. Y el arranque de Silencio, justamente, sí que es verdad que te llega a pensar en ello.
Con Origen queríais demostrar «que el contacto con la tierra, la belleza o la música pueden ser el mejor antídoto contra la agresividad de la actualidad y que, tal vez, a la modernidad solo se sobrevive volviendo al origen». ¿Ha potenciado la pandemia el concepto del disco?
Sí, durante estos últimos meses han ido ganando tanto el concepto global del álbum como sus letras. Las canciones del disco han cobrado otra dimensión. Eso de lo que tanto hablamos en las canciones, de ser conscientes de nuestro entorno, de la naturaleza, tomó más fuerza cuando nos encerraron a todos en nuestras casas. De repente, los mares y los ríos estaban más limpios, y el centro del pueblo donde vivo estaba lleno de jabalíes. Es bastante curioso. Lo más bonito de todo es que al final las canciones van cogiendo vida propia y, según el momento en el que estés, toman un sentido u otro.
En cuanto al sonido del álbum, parece ser que fue determinante un viaje que hicisteis hace un par de años a Malí.
Exacto. Son muchos los viajes que nos van influyendo, pero ese último, el de Malí, fue especial. Estuvimos en Bamako una semana compartiendo mucha música con músicos locales y fuimos acogidos por la familia de Toumani Diabaté, que es una eminencia de Malí y de la música africana en general. Teníamos muchas ganas de introducir ese tipo de sonido en nuestras canciones y ese viaje fue el empujón que necesitábamos. Queríamos salir del rollo soul y disco que llevábamos y adentrarnos a investigar un poco más esas percusiones y ritmos. Y vimos que todo eso casaba muy bien con la percusión flamenca y nuestra onda, así que tiramos por esa vía y la verdad es que estamos contentos. En directo lo hemos traducido llevando dos baterías, ya que el ritmo es muy importante en el nuevo disco.
Hablando de ritmos, los de las canciones de Origen se rompen constantemente: parece que van a ir por un lado pero cambian y tiran por otros derroteros.
Sí, es intencionado. Es algo que a mí siempre me ha interesado. Consideramos la música como un juego. Al final cuentas historias con las letras y las melodías vocales, pero con las percusiones, con la música, intentas también jugar para evitar ser predecible. La música es tan rica y amplia que quedarse sólo en un hueco me parece que es desaprovecharla.
En el disco habéis contado con las colaboraciones a la guitarra de Dani de Morón, Ricardo Moreno y Vicente Amigo.
Había una idea inicial que era hacerle un pequeño homenaje a la guitarra flamenca en el disco, donde no hay guitarras eléctricas, sólo españolas. Así que hablamos con Dani Morón, que ya había participado en el anterior álbum, y con Ricardo Moreno, con el que teníamos muchas ganas de trabajar desde hacía tiempo. Luego ya llegó la posibilidad de poder colaborar con Vicente Amigo, alguien con quien queríamos colaborar también desde hacía mucho tiempo. Fue increíble poder meter a esos guitarristas en nuestras canciones y que se prestaran a jugar con nuestra música, a salirse un poco de su terreno y llevar el flamenco a otro lado.
Siempre habéis cuidado mucho todo lo que rodea a vuestra música. El lanzamiento de Origen venía acompañado de unos vídeos en YouTube donde se muestra el proceso que seguís a la hora de grabar.
Creíamos que era importante contar un poco el proceso de grabar y publicar un disco. Y no sólo la parte puramente musical, sino también cómo hacemos las sesiones de fotos, por ejemplo, para que se vea que detrás de un disco hay mucho trabajo en todos los sentidos. También queríamos mostrarnos tal y como somos ya que a veces, en las redes sociales, sólo se presenta una parte de ti que no te representa. La verdad es que estamos muy contentos de cómo han quedado esas pequeñas piezas.
El 10 de abril, en pleno confinamiento, publicasteis The Fuel Mixtape, que incluye remixes que suelen sonar habitualmente en tus sesiones.
Era un mixtape que había hecho cuando terminamos de hacer el disco, más o menos por noviembre. Son remezclas de algunas de nuestras propias canciones que había grabado para mis sesiones de DJ y también como regalo para la gente que comprase la edición física de Origen. Pero en pleno confinamiento pensamos que era buena idea ofrecer otras versiones ahora que la gente estaba en casa y tenía tiempo para escucharlas. Lo cierto es que ha funcionado muy bien y a la gente le ha gustado mucho.
Vuestro ultimo lanzamiento hasta el momento es una revisión de La grieta, el tema que cierra Origen, con la participación del músico y productor argentino Chancha Vía Circuito.
La idea es ir sacando poco a poco canciones de Origen con la participación de otros artistas para que aporten su propia visión. En este caso lanzamos La grieta junto a Chancha porque nos encanta lo que hace y, además, tiene el mismo concepto que nosotros a la hora de trabajar: coge la música de raíz de su tierra y la mezcla con la electrónica. A lo largo de todo el año iremos editando este tipo de colaboraciones. Dentro de poco anunciaremos otra más.
¿La puesta en escena de los conciertos será la misma que llevabais antes del parón por el coronavirus?
El show que vamos a ofrecer en la pequeña gira que hemos podido salvar de esta temporada es el mismo que habíamos preparado para los conciertos que hicimos tras la salida del disco. Son los mismos músicos, montaje, luces y escenografía porque pensamos que, si hacemos actuaciones en esta nueva normalidad, tenemos que ofrecer el espectáculo tal y como fue concebido. Se han quedado fuera muchas ciudades en las que ahora mismo, por diversos motivos, no podemos ofrecer nuestro espectáculo. Pero son fechas que ya están colocadas en 2021. Hay que tener paciencia. Este fin de semana arrancamos y estamos nerviosos pensando en cómo será todo esto. Hemos hablado con compañeros músicos que nos dicen que es algo diferente, con todo el mundo sentado y sin poder moverse mucho, algo complicado para el público con la música que hacemos nosotros. Pero, en cualquier caso, serán conciertos muy especiales.