Una imagen del casting celebrado hoy. Factoría Echegaray

Olga Magaña está probando a un total de 63 intérpretes para seleccionar a las dos bailarinas y la actriz con las que montará Baleia 2.0 en Factoría Echegaray. La coreógrafa, bailarina y directora malagueña busca entre profesionales de entre 23 y 53 años de cualquier talla y «con cuerpos muy diferenciados» el trío que protagonizará junto a ella una pieza que enlaza la problemática de los plásticos arrojados al mar con un patriarcado que plastifica y cosifica a las mujeres. La primera parte de las pruebas se celebra hasta hoy, 13 de abril, en la sala de ensayos del Teatro Cervantes, en Bodegueros 38, donde Magaña y su ayudante de dirección, Javier Viana, están trabajando diferentes coreografías (incluido el ‘haka’ maorí), ejercicios percusivos y textuales con las candidatas. La segunda parte del casting se extenderá hasta el jueves 15, reservado para las audiciones de las preseleccionadas. El montaje de Baleia 2.0 se exhibirá en el Teatro Echegaray del 13 al 24 julio.

La directora y bailarina compartirá escena con dos bailarinas de danza española y flamenco que puedan cantar y decir un texto y con una actriz con nociones de teatro gestual y canto y que pueda bailar una coreografía. Dado el espíritu y el mensaje de Baleia 2.0, un proyecto de danza-teatro muy crítico con la crisis medioambiental y el patriarcado, han sido bienvenidas a las pruebas las mujeres de tallas grandes que escapen de los cánones de belleza establecidos.

La obra que producirá Factoría Echegaray nace de vertebrar otro proyecto en gestación, Baleia (ballena en portugués). Olga Magaña ha concebido y dirigirá una pieza cosida con dos hilos principales: el vertedero marino, el mayor y más descontrolado basurero del planeta, y la tiranía de un modelo patriarcal de belleza que contrapone a ‘ballenas’ y ‘sirenas’. Es decir, una obra que a través de los lenguajes de la danza, el teatro físico y el textual habla de medio ambiente, de modelos de mujer acuñados por la sociedad de consumo, de sostenibilidad y de consumo responsable.

Magaña está esta semana valorando la versatilidad de las inscritas al casting y su capacidad de trabajar con diferentes lenguajes escénicos, así como la experiencia profesional previa. Las audiciones consisten en una primera fase de calentamiento con ejercicios de improvisación, juegos de ritmo y el aprendizaje de un fragmento coreográfico, para pasar luego a una segunda fase con ejercicios más concretos sobre el material que se les facilitó a las candidatas. Cada bailarina trae una variación con castañuelas y bata de cola a compás de seguiriyas (de un minuto máximo de duración). Por su parte, las actrices han traído aprendido un fragmento del poema de Javier Viana Industrias cárnicas y deben contar con sus propias palabras la noticia sobre la historia de ‘Moby-Duck’ (la búsqueda de los 28.800 patitos de goma y otros muñecos perdidos en el mar tras el accidente de un carguero). Todas las intérpretes trabajan la partitura de movimiento del ‘haka’ (canto maorí) que interpreta la selección neozelandesa de rugby, así como un fragmento de una canción de Perotá Chingó.

Como es habitual en las convocatorias de Factoría Echegaray, han podido inscribirse al casting bailarinas y actrices nacidas o residentes en Málaga, alumnas y antiguas alumnas del Conservatorio Superior de Danza de Málaga, la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga (ESAD) o la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga (ESAEM), así como profesionales que hayan acreditado haber actuado en compañías de la ciudad en los dos últimos años.