
Hasta el 31 de marzo de 2024 se podrá visitar en el Museo Picasso Málaga la exposición El eco de Picasso. El artista malagueño trabajó con una extraordinaria variedad de estilos y tuvo una enorme influencia en el arte del siglo XX que perdura en el siglo XXI. Además del cubismo, su principal contribución al arte moderno ha sido la libertad que caracteriza cada aspecto de su pintura, escultura y obra gráfica. Existe un consenso generalizado respecto al profundo impacto que Picasso ha producido en el mundo del arte, lo que permite afirmar que no ha habido ningún artista anterior a él que tuviera un seguimiento masivo de seguidores y admiradores, así como de críticos. Por ello, a los cincuenta años de la muerte del artista parece oportuno hablar de «ecos», tanto en cuanto a la libertad que otorga la distancia cronológica como a la resonancia producida por nuevas voces.
El eco de Picasso ofrece en el Museo Picasso Málaga la posibilidad de profundizar en el arte contemporáneo a través del diálogo que artistas de todo el mundo han establecido con la obra y figura de Pablo Picasso. La muestra reúne a cincuenta y cinco artistas, incluido el propio Picasso, en un diálogo con el creador malagueño establecido bien «en tiempo real» en vida del artista, bien en la época contemporánea. Por una parte, presenta obra de Picasso junto a la de artistas que reconocieron su influencia en sus trabajos, como Francis Bacon, Maria Lassnig, George Condo o Martin Kippenberger; mientras que, por otra, se presenta a artistas contemporáneos como Claire Tabouret, Rashid Johnson, Brian Calvin o Farah Atassi, diecisiete de los cuales han creado sus obras expresamente para El eco de Picasso, por lo que serán expuestas por primera vez. Por su parte, entre las ochenta y cinco obras presentes en la exposición, dieciocho son del propio Pablo Picasso, destacando especialmente el lienzo de gran formato Masacre de Corea del Musée Picasso de París, que no visitaba nuestro país desde hace quince años.
Comisariada por Eric Troncy, El eco de Picasso se basa precisamente en este efecto de las prácticas artísticas de Picasso en la contemporaneidad y, sobre todo, en la actualidad artística globalizada. Crítico de arte y comisario de exposiciones francés, Troncy ha organizado más de una centena de exposiciones monográficas en el centro de arte Le Consortium, en Dijon, del que es codirector, así como en muchas otras instituciones artísticas de renombre. En su texto curatorial afirma que la singularidad de esta exposición obedece a que «por una parte, explora la extraordinaria presencia de Picasso en nuestro imaginario y, por otra, la profunda huella que habría dejado su constante búsqueda de nuevas formas de expresión artística sobre las inquietudes de las generaciones más recientes». Por su parte, Michael FitzGerald, catedrático de Historia del Arte en el Trinity College de Hartford, en el catálogo de esta exposición corrobora que «Picasso reivindicó sin descanso esta libertad absoluta como artista. Quizá ese sea su eco más perdurable».
La exposición actúa pues como el eco en un recinto, explorando la experiencia visual de estas resonancias a través de préstamos excepcionales de obras de artistas desde la década de 1920 hasta la actualidad. En este sentido, en lugar de intentar establecer una catalogación exhaustiva, que probablemente involucraría a la mayoría de artistas en los últimos cien años, este proyecto expositivo propone un viaje onírico a través de los ecos de los asombrosos experimentos de Pablo Picasso vivido por varias épocas, estilos y generaciones. El eco de Picasso posibilitará al visitante el repensar la obra del artista y redescubrir a un Picasso actual, desvelado por la mirada de creadores de otras generaciones. Para ello, el museo ofrece a sus visitantes un servicio de audioguía, en español y en inglés, que contribuye a profundizar en la obra expuesta y ahondar en el discurso expositivo, en ocasiones con citas de los propios artistas.
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