Parte de la exposición en la Sala Noble del Museo Carmen Thyssen. Ayuntamiento de Málaga

El Museo Carmen Thyssen ha inaugurado esta semana la nueva muestra temporal para su Sala Noble, Toulouse-Lautrec y el circo, en la que se expondrán, hasta el próximo 7 de junio, cuarenta y seis obras sobre papel que recogen la fascinación de Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901) por los espectáculos circenses que proliferaron en la capital francesa en aquellos años y a cuyos protagonistas el pintor retrató en numerosas ocasiones.

La muestra, comisariada por Lourdes Moreno, se centra en las treinta y nueve estampas que conforman la serie Au cirque (En el circo), editadas entre los años 1905 y 1931 a partir de dibujos realizados por Lautrec en 1899, junto a otras ilustraciones de la misma temática publicadas en la prensa de la época o en otros porfolios, como la famosa Clownesse Cha-U-Kao. Todas las obras proceden de la colección de Jean Pierre Gimbergues.

Tras una crisis provocada por sus enfermedades y adicciones, Toulouse-Lautrec es ingresado en un sanatorio en Neuilly, a las afueras de París. Durante los apenas tres meses que pasa en la clínica compone una serie de dibujos en los que retrata, de memoria, a los protagonistas de los espectáculos de los circos parisinos que había frecuentado en los años anteriores y a los que había dedicado algunas de sus mejores pinturas. Con esos treinta y nueve dibujos, testimonio de la capacidad creativa del artista y su extraordinario talento, decía Lautrec haber «comprado mi libertad» para abandonar el sanatorio, aunque sus problemas de salud continuarían hasta provocar su fallecimiento en 1901 a los 36 años.

Con esta serie, el pintor rememora una infancia abarrotada de caballos —de los que su padre era un apasionado— y la vida en Montmartre, de la que conserva vivos recuerdos. Y ahí quedan, perfectamente reconocibles, el jefe de pista Monsieur Loyal y los espectáculos ecuestres del circo Fernando, los clowns Foottit y Chocolat o los animales amaestrados del circo Nouveau. A su muerte, los dibujos, hoy dispersos en varios museos y colecciones, se publicarían en los años siguientes a instancias de Maurice Joyant, crítico, marchante de arte y apoyo incondicional de Lautrec.